Existen múltiples empresas de comunicación estratégica,
integral, publicidad y Relaciones Públicas que ofrecen sus servicios, de
imagen, asesoría, transmisión comunicativa, mercadeo e incluso feed back de
resultados.
Es de conocer que las mismas se dirigen a
compañías corporativas, comerciales, marcas, productos, e incluso figuras
públicas a través de distintos medios. No obstante, ¿COMUNICAN LOS COMUNICADORES LO
QUE OFRECEN A SUS CLIENTES?
En ocasiones entendemos que comunicar solamente
consiste en convencer al cliente de la calidad de mis servicios o de realizar
una buena presentación en las reuniones de negocios. Si bien es cierto que
estos elementos son de suma importancia, también es preciso conocer las
distintas formas de persuasión que de forma indirecta el vendedor debe
transmitir a cada posible cliente.
Iniciando con los pasos de la percepción o
primera impresión, es preciso cuidar de la imagen vendedora, se tomarán en
cuenta para los fines, los siguientes elementos:
- Imagen física, preparación profesional (Conocer lo que estoy ofreciendo)
- Utilizar correctamente el lenguaje
- El comportamiento o lenguaje no verbal (Si contradice nuestras palabras el cliente entrará en dudas) Nuestra vestimenta y nuestras emociones.
Todos estos elementos
determinarán a cabalidad el éxito o fracaso seguro de nuestro negocio.
La reputación del vendedor y del servicio que
se ofrece va determinada de la percepción que el comprador o cliente obtenga de
quien vende. Por lo tanto un vendedor debe estar preparado, presentar su
producto en forma coherente, de manera que sea creíble y pueda lograr convencer
al target específico.
Para realizar estas acciones las mismas serán
logradas según se manejen las emociones. Al presentarse frente a un posible comprador,
consumidor o cliente es preciso tener escucha activa, que el a la vez el
lenguaje utilizado esté adaptado a lo que estamos ofreciendo y que nuestra
conducta sea asertiva.
Comunicamos a través de nuestra conexión con la
sociedad. Debemos inicialmente reconocer, saber a donde vamos, al público que
nos dirigimos, investigar y conocer sobre la compañía a la cual le vamos a
ofertar. Si no nos hacemos parte de esa familia, simplemente saldremos de la
reunión de negocios como un amigo que pasó de visitas a saludarles.
Empatizar con el cliente es esencial. Si no nos
adaptamos a la realidad de nuestro cliente no somos capaces de ofrecerles lo
que necesitan y no sintonizaríamos bajo ninguna circunstancia con los mismos.
En conclusión, cerrar con el cliente un negocio
satisfactoriamente, dependerá de nuestra imagen, nuestra conexión con los
mismos y la influencia que nuestro manejo imponga sobre ellos.
Por: Ibelca Mencía.
Por: Ibelca Mencía.
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