martes, 24 de julio de 2012

COMUNICAR PARA OFRECER COMUNICACIÓN.


Existen múltiples empresas de comunicación estratégica, integral, publicidad y Relaciones Públicas que ofrecen sus servicios, de imagen, asesoría, transmisión comunicativa, mercadeo e incluso feed back de resultados. 

Es de conocer que las mismas se dirigen a compañías corporativas, comerciales, marcas, productos, e incluso figuras públicas a través de distintos medios. No obstante, ¿COMUNICAN LOS COMUNICADORES LO QUE OFRECEN A SUS CLIENTES?

En ocasiones entendemos que comunicar solamente consiste en convencer al cliente de la calidad de mis servicios o de realizar una buena presentación en las reuniones de negocios. Si bien es cierto que estos elementos son de suma importancia, también es preciso conocer las distintas formas de persuasión que de forma indirecta el vendedor debe transmitir a cada posible cliente.

Iniciando con los pasos de la percepción o primera impresión, es preciso cuidar de la imagen vendedora, se tomarán en cuenta para los fines, los siguientes elementos:

  • Imagen física, preparación profesional (Conocer lo que estoy ofreciendo)
  • Utilizar correctamente el lenguaje
  • El comportamiento o lenguaje no verbal (Si contradice nuestras palabras el cliente entrará en dudas) Nuestra vestimenta y nuestras emociones. 

Todos estos elementos determinarán a cabalidad el éxito o fracaso seguro de nuestro negocio. 

La reputación del vendedor y del servicio que se ofrece va determinada de la percepción que el comprador o cliente obtenga de quien vende. Por lo tanto un vendedor debe estar preparado, presentar su producto en forma coherente, de manera que sea creíble y pueda lograr convencer al target específico.

Para realizar estas acciones las mismas serán logradas según se manejen las emociones.  Al presentarse frente a un posible comprador, consumidor o cliente es preciso tener escucha activa, que el a la vez el lenguaje utilizado esté adaptado a lo que estamos ofreciendo y que nuestra conducta sea asertiva.

Comunicamos a través de nuestra conexión con la sociedad. Debemos inicialmente reconocer, saber a donde vamos, al público que nos dirigimos, investigar y conocer sobre la compañía a la cual le vamos a ofertar. Si no nos hacemos parte de esa familia, simplemente saldremos de la reunión de negocios como un amigo que pasó de visitas  a saludarles.

Empatizar con el cliente es esencial. Si no nos adaptamos a la realidad de nuestro cliente no somos capaces de ofrecerles lo que necesitan y no sintonizaríamos bajo ninguna circunstancia con los mismos.

En conclusión, cerrar con el cliente un negocio satisfactoriamente, dependerá de nuestra imagen, nuestra conexión con los mismos y la influencia que nuestro manejo imponga sobre ellos.

Por: Ibelca Mencía.

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